Los colmados son unos de los pocos negocios que continúan operando con cierta normalidad, a pesar de la restricción impuesta al comercio dominicano debido a la COVID-19.
Sin embargo, algunos colmaderos, como Dionisio Aquiles Ciprián, del sector Maquiteria, en Santo Domingo Este, enfrentan muchas dificultades por la baja en su nivel de venta.
Ciprián confiesa que debido a las facilidades que reciben muchos ciudadanos a través del Plan Social de la Presidencia, que incluye ayuda para la compra de algunos artículos de la canasta básica, las ventas en el negocio se han reducido drásticamente.
El comerciante explica que mantiene el colmado abierto debido a que debe dar salida a algunos artículos perecederos.
“Las ventas que realizo no me permiten cubrir los gastos del negocio, pero hay artículos que son perecederos. Y hay que abrir aunque sea para vender los `refresquitos”, añade.
Ciprián se queja que para las 10:00 de la mañana la caja registradora no llega a los RD$500. “Cuando se está acercando el cierre, a eso de las 5:00 de la tarde, hora que inicia el toque de queda, algunas personas vienen a comprar café, azúcar y cosas así”, indica.
Antes de la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, Ciprián contaba con la ayuda de un empleado, pero tuvo que despedirlo. Ahora, cuando tiene que salir por provisiones deja a su esposa a cargo del negocio.